Están Listos para la Magia
- Liliana Martinez P
- 7 ene 2021
- 4 Min. de lectura
Solo hay que creer

“Mucho se especula de lo que está pasando, de lo que ya pasó”, dice la radio todas las mañanas. Se encienden los televisores y las imágenes que se ven son mapas del mundo entero llevando estadísticas de un ataque pandémico que amenaza la vida. Este era el cuadro patético en el que se vivía a diario los últimos 8 meses, las caras pálidas por el encierro de una cuarentena impuesta y los rostros delgados y sin expresión. Al interior de una casa típica cachaca como se le dice a los nacidos en Bogotá, una ciudad fría de Colombia en Sur América, se viven las circunstancias como en el diario de Ana Frank en tiempos de guerra. A diferencia de 1942, el 2020 tiene una magia que contar.
¡Ring ring!, suena el despertador.
¡Chu!, se oye la cafetera que va impregnando la mañana con un aroma a café. Uno a uno van despertando papá, mamá, la hija, la abuela y el perro de la casa. Caras de colores se iluminan con la entrada de un sol radiante como el flash en las cámaras registrando la alegría de estar juntos; eso es lo normal, sin carreras, tranquilos de estar en casa.
Mientras la hermosa mamá Na percibe con una profunda inhalación el olor del café, papá Oji se deleita en la ventana mirando al este la salida del sol, el cielo azul profundo y la ciudad cada vez menos contaminada, el rocío del amanecer toca las pieles haciendo sentir la magia de estar vivos. El dulce sabor de las frutas como primer alimento del día refresca cada uno de los órganos y los pone en marcha a trabajar; es la primera manifestación que se hace evidente y se goza en conciencia.
Lo mágico en este despertar para Na y Oji es la VIDA, la entrada del prana, esa energía vital que nos hace sentir vivos y se celebra con un poderoso GRACIAS.
El tiempo sigue, sin embargo deja de existir, sencillamente se vive en el aquí y el ahora, el momento se intensifica y la calidad de estar juntos cada vez es más exigente. Extrañamente empiezan a suceder fenómenos inexplicables. Se abren canales de manifestación de los corazones que se convierten en caramelos y arequipe.
Entraba la tarde y después de cumplir con los compromisos escolares y de trabajo cada uno Na, Oji, Jana la hija, Pepa la abuela y Fit el perro se aíslan a disfrutar del silencio y sentir un presente estático sin proyección de un futuro, solo confían.
El viento empezó a soplar fuertemente y entro una llamada. “Alo… Sí, entiendo. Muy bien, gracias”. Esa fue la señal, era el momento de trabajar, era el momento de estar conscientes y alerta de todo lo que iba a suceder sin explicación aparente. En la Doctrina Purpura Secreta ya estaba escrito 202012, un rayo de luz atravesará sus entrecejos y sellará la protección de la humanidad, porque el mundo es demasiado hermoso para acabar con él. Fue entonces cuando Na con su magia amorosa del despertar de un corazón compasivo roció por toda la casa un delicioso olor de lavanda. Cerró sus ojos y de sus labios salió: “Dios Te amo, Te amo Dios”. Y todo inició.
No se puede decir exactamente que sucedía fuera de casa, los vecinos decían que los muertos eran miles, que las lluvias no paran, los huracanes azotaban las costas, las inundaciones en las ciudades dejaban damnificados a otras miles de personas, los alimentos escasean, la economía se desbarata, los fuertes incendios en San Francisco amenazaban con desaparecer la ciudad. Sin embargo al interior la calma y confianza fortalecían lo que estaba próximo a suceder.
Na y Oji esa tarde sentados en el sofá de la sala empezaron solo a sentir el latir de sus corazones, la respiración era profunda y lenta casi imperceptible. Sentían perfectamente lo que estaba sucediendo en medio de un caos aparente donde sus corazones cada vez más dulces de amor por el mundo, se detenían y con el parar de ellos una emoción y expectativa enorme.
Y lentamente la puerta principal se fue abriendo y entró una mujer de cabello negro azabache largo hasta sus tobillos, era realmente hermosa. Su mirada reflejaba la profundidad del universo, solo se sentía alegría, paz y confianza. Era la presencia de un Avatar, el mensajero de Venus, planeta donde solo reina el amor, y mirándolos a los ojos los atravesó con un rayo muy sutil color violeta pasando por el entrecejo, sin pronunciar palabra solo expidiendo un aroma sutil de jazmín y conforme entró, salió. Ese destello violeta con olor a jazmín se mezcló con el aroma de lavanda de Na, dando inicio al olor más exquisito de un jardín de flores silvestres. El viento dejó de soplar. Na y Oji mantuvieron el silencio no sabían exactamente que había sucedido pero sin angustia. Nadie habló al respecto, nadie cuestionó. Entrada la noche terminando la hora gris de las 6 y 7, mágicamente de los corazones de Na, Oji, Jana la hija, Fit el perro y Pepa la abuela empiezan a salir luces de colores que de manera juguetona tocan cada rincón de la casa transformándola en una pequeña replica navideña. Brillaba de tal manera que se dió inicio a la expansión de la energía del amor, y todo aquel que era tocado por esta luz conectaba de manera inmediata con la consciencia de la alegría, la navidad, la magia de creer en los sueños, en la materialización de los deseos del corazón. Dieron paso a la expansión de la esperanza protectora en cada corazón sincronizado y que empezó a latir con la dulzura y la magia de el mundo deseado para que nuestras almas puedan expresar la grandeza de vivir, la plenitud de estar, y la esencia de ser.
¿Están listos para la magia?
Solo hay que creer
-Lilolá
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